Barry Clayton, la voz detrás de la siniestra introducción de la canción “El número de la bestia” del conjunto inglés Iron Maiden falleció a los 80 años, un acontecimiento que viste de luto a los amantes del heavy metal. Quienes tararearon el texto -que es a su vez una adaptación del libro bíblico Revelaciones del Apocalipsis- se estremecieron con la advertencia sobre la llegada del Anticristo a la Tierra: "Aquí hay sabiduría: El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis". (Ap 13:18)
El texto original en inglés recitado por Clayton dice:
"Woe to You Oh Earth and Sea
For the Devil sends the beast with wrath
Because he knows the time is short
Let him who have understanding
Reckon the number of the beast
For it is a human number
Its number is six hundred and sixty six."
La canción fue escrita por el bajista del grupo, Steve Harris para el tercer disco de estudio de la banda británica, también titulado “The number of the beast”. Según Harris la composición nació luego de una serie de pesadillas que tuvo después de ver la aterradora película “La Profecía 2”. Para lograr el concepto musical se le agregó a la canción el párrafo del Apocalipsis que es el que cierra la trilogía de las películas sobre el Anticristo dirigidas por Richard Donner.
La sección, grabada por Clayton en 1982 se convirtió en un clásico instantáneo que dos años más tarde sería un recurso utilizado por la canción “Thriller” de Michael Jackson (parte del disco más vendido de la historia de la música y producido por Quincy Jones) en donde el actor Vincent Price recitaría un texto similar. Precisamente Price fue convocado originalmente para decir las líneas en la canción de Iron Maiden, pero según su vocalista Bruce Dickinson, los honorarios del actor eran demasiado altos para tal efecto. Entonces el resto de la banda recordó a un conocido lector de historias de terror y radioteatros inglés llamado Barry Clayton quien, pese a no haber escuchado hablar del grupo, no le costó emular la voz que se le solicitaba.
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